Hoy toca reflexionar. Ya sabéis que me gusta mucho.
El concepto de las bodas ha cambiado. Sí, eso lo sabemos todos. Las bodas abc, es decir, firmar, comer, bailar han evolucionado hacia un concepto de fiesta mucho más desarrollado gracias a todos los profesionales que desempeñan sus maravillosos papeles. ¿A vosotras qué os parecen los cambios en las bodas?
Esto tiene lado bueno – ¡menudo fiestón!- y lado malo, como puede ser el peligroso «yo te lo hago todo (por menos)» ya que como ya he dicho aquí, es esencial dejar a cada proveedor hacer su trabajo. Aprendiz de todo, profesor de nada, que se suele decir. ¿Eso quiere decir que te tienes que gastar un pastizal? Negativo, sólo hay que saber organizar las partidas de dinero. ¿O que no puedas tener una boda tradicional? Para nada. En mi opinión boda tradicional no es antónimo de boda original. Una boda debe tener simple y llanamente aquello con lo que siempre habéis soñado.
La moda cambia: las novias, los ramos, las fincas, la decoración y hasta la comida ha sufrido cambios. Unos pueden ser buenos y otros no tan buenos.
Uno de esos cambios puede ser el horario. Hoy en día son muy comunes las bodas por la tarde lo cual puede suponer un gasto menor de dinero, ya que la cena sería diferente y, además, pueden ser menos horas. En cuanto a la comida, aparecen los caterings con los buffets y las estaciones de comida. Cada cual tiene su opinión, por ejemplo, a mi señor padre los caterings le parecen un horror mientras que a mi me parecen maravillosos.
Las novias -y también los novios- son ahora mucho más desenfadados, no tan elegantes o tan disfrazados, si no que son ellos mismos. Melenas sueltas, labios rojos… (nos vamos conociendo, ¿verdad?). O ¿qué tal si empiezas el día con un recogido pero lo acabas con melenaza y corona de flores?
Tú boda puede cambiar en la medida en que tú quieras. ¿Qué incluyes detalles novedosos? Tus invitados se sentirán sorprendidos y halagados, ya que todo es para ellos. ¿Qué no sabes en qué y cómo innovar? Debemos tener claro que nada en una boda es obligatorio, todo es opcional y, sobretodo, personal.
Muchas veces veo novias que dicen ¿y yo tengo que hacer eso? o ¿tengo que incluir kit de supervivencia, bailarinas, candy bar, photocall, libro de firmas y un largo etcétera? En mi opinión, es mejor no recargar, es decir, vale más dos o tres rincones o detalles significativos que no incluir todo lo que leemos en blogs y redes sociales. Al final, si ponemos demasiadas cosas los invitados no se fijarán en todos ellos.
Un último consejo. Nunca la totalidad de los invitados van a estar contentos al 100%. Existen bodas tradicionales pero sin corte de tarta o bodas religiosas que se festejan en naves industriales sorprendiendo a todos los invitados, por ejemplo. Siempre va a haber alguien que se escandalice. Así que pensad en vosotros mismos. Sobre todas las cosas, tu boda es tu fiesta y tiene que ser muy, muy especial.